Renovarse (y no morir en el intento)

Puntos suspensivos dorados

Con 95 años, una de nuestras abuelas (la de Carmen) decidió “cambiarse” de nombre al entrar en la residencia. Como tantas personas mayores, tiene dos nombres: el oficial, que aparece en el registro y en el DNI, y el de la iglesia, por el que la conoce todo el mundo. Para facilitar todo el papeleo y evitar confusiones, la abuela antes conocida como Benita, se presentó a sus nuevas compañeras de piso como Micaela. Sin embargo, como no tiene ni Facebook, ni email, ni Whatsapp, han sido bastantes los conocidos los que se han vuelto locos para dar con ella en la residencia. Su estrategia de cambio de naming salió bien a medias.

Hace poco, uno de nuestros clientes hizo lo mismo que Micaela y nos planteó el reto de acompañarlo en su cambio de marca en redes sociales. Y decimos reto porque, aunque pueda parecer algo sencillo, el rebranding en redes sociales no es cosa menor y, según el caso, conlleva una burocracia que ríete tú del Servicio Andaluz de Empleo.

Con todo esto en mente, compartimos algunos consejos para que renovarse sin morir en el intento.

Cambio de marca en redes sociales

Por suerte para nosotras, no estábamos solas en la comunicación del cambio de marca. Nuestro cliente cuenta con un departamento de Marketing que ya tenía previsto un plan de acción que incluía prácticamente todos los formatos y canales de comunicación disponibles y sobre nosotras recayó la responsabilidad de gestionar en cambio “solo” en redes sociales. Y esta, y no otra, es la clave para informar sobre un cambio de marca: la planificación y la coordinación entre todos los agentes involucrados.

A pesar de toda la planificación, es completamente natural que se nos presenten dudas como “¿voy a perder seguidores?”, “¿cuánto tardan en realizar el cambio?” o “¿voy a volver locos a mis seguidores?”; más teniendo en cuenta que cada red es de su padre y de su madre y que cambia sus políticas de uso cada 5 minutos (más o menos). Tranquilos: Sábado sale al rescate.

Primer paso: comprueba la disponibilidad del nuevo nombre

Las redes sociales distinguen entre nombre de usuario y nombre de página. Si bien varias páginas pueden tener el mismo nombre, el nombre de usuario (el que aparece en la url de tu página en redes sociales) debe ser único.

Por ello, antes de nada, comprueba que esté libre. Puedes hacerlo directamente mediante búsqueda en cada red social o utilizando alguna herramienta, como NameCheckr.

¿No está disponible el nombre que quieres? Entonces, es hora de buscar alternativas que sean reconocibles, recordables y que, por supuesto, estén relacionadas con el nuevo nombre. Recuerda que, para facilitar el trabajo a nuestros seguidores (reales y potenciales), lo ideal es que el nombre de usuario sea el mismo en todas las redes. Así que si, por ejemplo, el nombre deseado está disponible en Twitter pero no en Instagram, tal vez deberías plantearte utilizar un nombre alternativo en ambas redes sociales.

Bonus track: aprovecha para registrarte en otras redes sociales y plataformas digitales, aunque de momento no las vayas a utilizar, para reservar tu nombre de usuario (que nunca se sabe).

Segundo paso: infórmate sobre las políticas de cambio de nombre con antelación

Por mucho que las redes sociales parezcan el colmo de la inmediatez, aquí la antelación es clave, así que ve informándote de los requisitos para hacer el cambio de naming cuanto antes.

En Facebook, el cambio de nombre de usuario es relativamente fácil, bastará con que esté disponible. El cambio de nombre de la página ya es harina de otro costal. Facebook, además de presentar un listado bastante coherente de normas de nombres de página, se preocupa por la salud mental de sus usuarios. Por lo tanto, puede negarte el nuevo nombre si es muy diferente al anterior, para no confundir a tus seguidores. Que no panda el cúnico, bastará con presentar credenciales de tu cambio de nombre: noticia, publicación en redes sociales, cambio de nombre en otros perfiles, etc.

Linkedin tampoco lo pone demasiado fácil. Una vez más, cambiar el nombre de usuario no suele ser un problema, pero si el nombre elegido para la página difiere mucho del que tenemos, podemos tenerlo crudo. Aunque en su guía para cambiar nombres de página Linkedin especifica que los “cambios de nombre de páginas de LinkedIn y de productos con un número de empleados inferior a 100 siempre se aprueban”, ve preparando toda tu paciencia para lidiar con un ejército de bots hasta conseguir la aprobación del cambio de naming.

De hecho, la propia red social te informa de que lo más fácil es crear una nueva página de empresa. Siempre podrás solicitar la migración de seguidores si justificas el cambio de marca mediante un comunicado de prensa, pero, en el mejor de los casos, toda tu actividad hasta el momento se perderá como lágrimas en la lluvia.

Tercer paso: planifica una estrategia de contenidos y promociones específica

De nada va a servir que consigas cambiar tu nombre en redes sociales si no se lo cuentas a tus seguidores. Por eso, antes del cambio de naming, planifica bien qué les vas a contar a los que ya te conocen (y, por supuesto, cómo y cuándo). Esta estrategia debe estar bien diseñada ya que, por mucho que lo anuncies a bombo y platillo, siempre va a ver quien no se entere a la primera. Por eso, es fundamental realizar una transición lógica desde los contenidos que venías publicando y los nuevos.