Redactar en tiempos revueltos
A nadie se le escapa: son tiempos raros. No pondremos otro adjetivo a esta situación. La excepcionalidad es ahora la norma y la comunicación en redes sociales no iba a ser menos. De hecho, es MÁS. La población se ha volcado en las redes sociales como canal de entretenimiento, información, evasión y/o interacción.
Ante esta particularidad… ¿qué están haciendo las marcas en redes? ¿Qué “deberían” estar haciendo? ¿Cómo se redacta en tiempos revueltos? Sin duda, es un buen punto de partida para entender un binomio que a veces se confunde: redactar para el marketing de contenidos y el copywriting. Vamos a ello.
Redacción de contenidos y copywriting: esa extraña pareja
La redacción de contenidos y el copywriting son disciplinas hermanas, pero no gemelas. La confusión suele venir dada porque comparten:
- Un emisor.
- A veces, solo a veces, un mismo receptor.
- Un código: en este caso, el lenguaje escrito.
- Un canal (centrémonos solo en las redes sociales, aunque ambas disciplinas pueden tener diferentes canales dentro del marketing digital).
- Un contexto: interneeeeeer.
- Un mensaje (o no).
Sin embargo, difieren en dos cosas fundamentales: sus objetivos y motivaciones. Seguimos explicando.
Copywriting
Por el contrario, el copywriting sí que tiene unos objetivos claros. De ahí a que la interpretación más fiel de este anglicismo sea “escritura persuasiva”.
El copywriting en redes sociales puede tener varios objetivos, desde atraer tráfico a una web, conseguir que el usuario rellene un formulario, que de un like… en definitiva, VENDER.
Por ello, la redacción en copywriting es clara, directa, libre de adornos. Si se hace bien, consigue que el receptor realice una acción.
Marketing de contenidos
La redacción en marketing de contenidos es básicamente COMUNICACIÓN. Así, a pelo. Su objetivo no es vender, sino que, como RTVE, su meta es informar, formar y/o entretener.
Se trata aquí de ofrecer valor, de conectar con tu audiencia de una forma natural, cercana, sin más. Bueno, con algún más, que no es otro que demostrar autoridad y mejorar tu imagen de marca.
Copywriting
Por el contrario, el copywriting sí que tiene unos objetivos claros. De ahí a que la interpretación más fiel de este anglicismo sea “escritura persuasiva”.
El copywriting en redes sociales puede tener varios objetivos, desde atraer tráfico a una web, conseguir que el usuario rellene un formulario, que de un like… en definitiva, VENDER.
Por ello, la redacción en copywriting es clara, directa, libre de adornos. Si se hace bien, consigue que el receptor realice una acción.
Un matrimonio conveniente
A una pareja tan complementaria no le quedaba más remedio que casarse. Y es que son la combinación perfecta: el marketing de contenidos prepara el terreno para que luego el copywriting “cace” a los usuarios comprometidos.
Redactar en cuarentena
Nada bueno encontramos en esto del COVID-19, desde luego, pero gracias a él por su culpa estamos atendiendo a un fenómeno curioso en redes sociales: las marcas se han vuelto naturales.
Sí, amigos. Todos los dogmas que supuestamente se deberían aplicar en una estrategia de contenidos están cobrando ahora todo su sentido y se están llevando a cabo. Así, las marcas:
- Profundizan en su personalidad para difundirla.
- Investigan cómo conectar su personalidad y valores con la actualidad.
- Publican al día (poco cabe aquí programar), con la consecuente frescura, tan recomendable en estos canales.
- Revisan sus textos 30 veces antes de publicar.
- Se suman a una conversación global y real.
- Tratan de compartir contenidos que aporten valor (ya sea formando, informando o entreteniendo).
- Dejan el autobombo descarado para otro momento (no está el horno para bollos).
- Solo aquellas a las que de verdad les conviene, principalmente tiendas y servicios online, están poniendo en marcha estrategias de publicidad y desarrollando debidamente sus técnicas de copywriting.
En definitiva, a la fuerza se están entendiendo (y poniendo en práctica) las diferencias entre la redacción para el marketing de contenidos y el copywriting. Por supuesto, no todas las marcas están comprendiendo la situación de igual manera.
También, en algunos casos, nos encontramos que algunas marcas directamente han dejado de publicar. Y no hablamos solo de pequeñas y medianas empresas que temen quedarse sin recursos económicos y han decidido recortar (todo nuestro R·E·S·P·E·C·T·O y compresión), sino de auténticos titanes, como Starbucks España o Coca Cola España.
Esta es, en nuestra humilde opinión, una actitud arriesgada. Saber adaptarse a la situación es fundamental para seguir cerca de los usuarios y no perder todo lo cosechado. Tal vez sea una mera cuestión de ética, pero consideramos que no es momento de abandonar a unos seguidores que tantas alegrías nos dan a diario. Grandes ejemplos de buenas prácticas son los de Ikea o, por citar un ejemplo cercano y tal vez menos “glamuroso”, los supermercados Deza.
Nos guste o no, uno de los grandes refugios de la cuarentena son las redes sociales, y no deberíamos perder la confianza en ellas (seas una marca o una persona humana). Como lloraba Kase O en el cierre de su Círculo: “Nunca perdiste la fe en mí, ni la esperanza de que solo fueran tiempos raros”.
Pues eso, esperemos que estos tiempos raros pasen pronto y con los menores daños colaterales posibles. Mientras tanto, este Sábado toca quedarse en casa.