Normas básicas de comunicación (a través de internet)

Puntos suspensivos dorados

Internet ha puesto patas arriba las normas básicas de la comunicación. La de masas, pero también la interpersonal. A nadie con sentido común se le ocurriría no responder a alguien que le saluda por la calle, o no dar las gracias al dependiente que le acaba de atender. Y si no lo hace, todo el mundo lo tacharía de maleducado. Pero ¡ay, amiga!, si hay un móvil o un ordenador por medio, la cosa cambia.

Por eso, hoy no venimos a hablaros de cómo internet ha revolucionado la forma en la que nos comunicamos, sino de cómo la ha empeorado. Y lo que es más importante, qué podemos hacer para mejorar esta situación. Sin más dilación, aquí van los Sábado-consejos para que la comunicación a través de internet siga siendo eso, comunicación.

Email: Saluda, explica, agradece y despídete.

Recuerda esta regla siempre que vayas a hablar por email sobre algún tema laboral. La pondríamos en acrónimo como regla nemotécnica, pero no funciona (SEAD). No se trata aquí de escribir el mail más largo del mundo cada vez que necesites un informe, sino de respetar unas fórmulas básicas de cortesía y, lo que es más importante, de comprensión lectora.

Veamos un ejemplo de la vida real. ¿Cómo preferirías que te pidiera tu compañero un informe?

  1. ¡Psst! ¡Tú, el informe!
  2. ¡Hola! Oye, ¿me pasas el informe del que hablamos el jueves, por favor?

Pues por email, igual:

  1. Pásame el infome.
  2. Hola. Te escribo para pedirte el informe del que hablamos el jueves, que lo tengo que presentar hoy. ¡Gracias! Un saludo.

Ni siquiera hace falta ser simpático.

Importante aquí es tanto el mensaje como la respuesta que se da a este. Incluso cuando no hay nada más que aportar, es necesario responder para que nuestro interlocutor sepa que hemos recibido su mensaje. Es lo que Roman Jakobson llamó  “función fática o relacional del lenguaje” en su teoría de la información. Básicamente, son mensajes con contenido informativo escaso o nulo que sirven para comprobar si existe contacto o el canal funciona.

Si, también podemos ser pedantes. Y sí, a lo mejor se nos puede pasar alguna vez contestar un email. Podemos ser pedantes, pero no perfectas.

Whatsapp: la bendición y condena de la mensajería instantánea

Podríamos estar horas hablando de las ventajas y desventajas de la mensajería instantánea (llámalo Whatsapp, Telegram, o como tú prefieras). Incluso en el ámbito personal puede resultar tedioso, y si no, que les pregunten a los padres con hijos en edad escolar. En el ámbito laboral, puede (y suele) generar situaciones de estrés, malentendidos y olvidos (ya lo veo mañana, y mañana nunca llega). Pensando en este tema, hemos sacado algunas conclusiones/consejos que tal vez os resulten útiles:

  • Ojo a los horarios. Nos pasamos el día con el móvil en la mano. De hecho, también hay personas que, por diferentes circunstancias personales, duermen con el móvil encendido y las notificaciones activas. Si lo que tienes que decir puede esperar a mañana, espera a mañana. Y si crees que se te va a olvidar, ponte una alarma para escribir por Whatsapp mañana.
  • ¿Esto lo digo por Whatsapp? Hay temas que es mejor tratar por otra vía. Más si “la conversación” ha empezado en otra vía. Antes de mandar un Whatsapp, sobre todo si son las 11.30 de la noche, piensa si es el mejor canal para decir lo que quieres decir.
  • No mates a tu interlocutor si no responde de inmediato (¡maldito doble check azul!). Es probable que, por algún motivo, no te pueda responder. Esto es importante en temas de trabajo, pero sobre todo, en temas personales. Y aquí va un mensaje a padres y madres: No llames 30 veces a tu hijo si no te contesta inmediatamente al whatsapp que le has enviado. No le ha atropellado un camión, ni está en coma, ni hay un incendio en su edificio. Seguramente esté durmiendo la siesta, se habrá dejado al móvil en algún sitio o, simplemente, está pasando de sus progenitores (razón que sí merece una buena charla).

Redes sociales: la conversación es la reina

Este apartado merece un artículo aparte y, de hecho, lo tendrá. Pero nos parece buen momento para señalar una serie de apuntes útiles tanto para los usuarios como para las pobres personas de bien que trabajan como community managers.

Para los usuarios (que también son personas de bien):

  • No dispares al community manager. A veces sí, pero en la mayoría de los casos no tiene la culpa de lo que te “ha hecho” la empresa para la que trabaja. Recuerda siempre que es un ser humano y, más que probablemente, un simple “currito”. No arremetas contra él porque estés enfadado y/o se haya cometido una injusticia contigo. Está ahí para escucharte y atenderte. Adopta un community manager.
  • No esperes que alguien te responda a las tres de la mañana. Tú tampoco lo harías.
  • Las redes sociales son un buen medio para visibilizar un problema, pero no necesariamente lo solucionan. Si te indican otras vías de comunicación para resolver una situación complicada, úsalas.

Para los community managers:

  • Asume la voz de la empresa para la que trabajas.
  • No tienes por qué responder a las tres de la mañana.
  • No te tomes las situaciones de conflicto por el lado personal.
  • Responde siempre.
  • Responde siempre.
  • Responde siempre (a no ser que sea un troll y lo hayas especificado en las normas de la comunidad).

Un último consejo que vale para cualquier medio: NO ESCRIBAS EN MAYÚSCULAS, POR FAVOR.