La importancia de medir. Pero, ¿qué?
(Capítulo 4: Email marketing)

Puntos suspensivos dorados

Seguimos con nuestra serie “La importancia de medir, Pero, ¿qué?”. En este nuevo capítulo vamos a desgranar algunas de las métricas más importantes a las que debemos prestar atención cuando realicemos una campaña de email marketing.

Antes de nada, queremos hacer una defensa de esta herramienta que muchos consideran demodé. Y ¿por qué creemos que las acciones de email son tan eficaces dentro de una estrategia de marketing digital? Porque si están bien planteadas, tienen un valor enorme. Ni más ni menos porque conseguimos un contacto directo y personalizado y, sobre todo, porque convertimos a nuestro cliente actual o potencial, en un cliente fidelizado.

¿A quién no le gusta ver su buzón con mensajes? ¿A quién no le va a gustar…? Pues he ahí el quid de la cuestión. Hay que hacerlo muy, pero que muy bien. Ser relevantes, interesantes, atractivos, aportar valor y, por supuesto, ofrecer exclusividad.

Pero vamos a lo que nos ha traído hoy aquí. Veamos cuáles son los indicadores más significativos y que nos demostrarán si estamos teniendo el éxito que esperábamos con nuestra campaña de correo electrónico.

Índice de rebote

Hay que ser siempre muy cuidadosos con esta tasa. Es la que nos va a indicar cuántos de los emails que hemos enviado han conseguido llegar al buzón de entrada de nuestra lista. Es lo que se denomina como entregabilidad.

Si este indicador es demasiado bajo, tienes un problema con la calidad de tu base de datos, amigo. Es decir, puede que tengas una gran cantidad de direcciones que no existen, son erróneas o que el destinatario tenga el buzón lleno. Revisa constantemente estos datos y mantén bien limpita tu lista de contactos.

Calcúlalo así:

(Número de rebotes / Número de correos electrónicos enviados) x 100

Índice de apertura

Esta es una de las métricas principales para medir el famoso engagement.

Si tu tasa de apertura está por debajo del 20%, debes tomar medidas. Porque eso solo puede significar una cosa: que tus emails no son todo lo interesantes que debieran, ya que tus contactos deciden no abrirlo.

Una medida básica a adoptar en estos casos es redactar líneas de asunto más atrayentes y sugerentes, hacer que el usuario tenga ganas de abrir ese correo y ver qué hay de nuevo contigo y qué tienes que ofrecerle.

También puedes jugar a probar con el nombre del remitente. Usar un nombre propio en lugar del nombre de la marca puede suponer una gran diferencia (¡aunque no en todos los casos!)

Calcúlalo así:

(Número de correos electrónicos abiertos / Número de correos electrónicos enviados) x 100

Índice de clics

Esta puede ser la más importante de todas las métricas de efectividad de una campaña de email marketing. Es la que nos muestra si nuestros contactos están realmente interesados en el contenido que les estamos enviando, porque están haciendo clic en los enlaces para ampliar esa información.

Redacta buenos CTAs (llamadas a la acción) y ponlos bien claritos dentro del cuerpo del mensaje. Y, por supuesto, cuida el diseño.

Calcúlalo así:

(Número de clics en los enlaces del correo electrónicos / Número de correos electrónicos enviados) x 100

Índice de cancelación

Aquí nos vamos a encontrar a todos esos contactos que quieren dejar de recibir nuestros correos. No te lo tomes a mal… Puede que seas tú el que esté metiendo la pata si tu contenido no es muy relevante o si te estás pasando con la frecuencia de envío.

Aún así, si esos usuarios han decidido que no quieren saber nada mas de ti, déjalos ir. ¡Pero ve pensando en la forma de recuperarlos!

Calcúlalo así:

(Número de contactos cancelados / Número de correos electrónicos enviados) x 100

Índice de conversión

Ay, las conversiones. No podemos vivir sin ellas. Gracias a este indicador sabremos si los contactos que han recibido nuestro correo han realizado la acción que esperábamos de ellos (compra, descarga, visualización…).

No te asustes si no consigues una buena tasa de conversión en todos los envíos. Prueba a segmentar bien tus contactos y no te dirijas a todos ellos de la misma manera. Haz ofertas y propón algo de valor, así tendrán un motivo para querer hacer eso que les propones.

Y no te olvides de comprobar que tu página de destino es de calidad, relevante y amigable para tus usuarios.

Calcúlalo así:

(Número de personas que completaron la conversión / Número de correos electrónicos enviados) x 100

Y ahora, ¡a medir!