Este banco está ocupado… por miles de community managers
¿Qué sería de nosotras, oh pobres almas sin descanso que se dedican al marketing digital, sin los bancos de imágenes? Seríamos tan solo una sombra del ayer, un copy ingenioso que se pierde en el abismo del timeline de Facebook, una cuenta de Instagram sin gracia, un artículo de blog infumable (como este, si no cortamos ya está enumeración).
Pues sí, en esta santa casa nos declaramos fans absolutas de Shutterstock, la madre de todos los bancos de imágenes, y de otras maravillas gratuitas como Unsplash, Foter y otros pozos sin fondo de los que extraer oro puro.
Pero… ¡OJO! Por más que internet nos brinde la posibilidad de conseguir un sinfín de imágenes (gratuitas o de pago), seleccionarlas para tu campaña de marketing no es tan baladí como pudiera parecer a primera vista. La curación de contenidos gráficos es todo un arte que debe ponerse en valor y trabajar día a día. Entre otras cosas, porque si esas imágenes están ahí, flotando en internet y disponibles para ti, también lo están para todo el mundo. Un ejemplo de ello:
Esta campaña de la Junta de Andalucía contra la violencia de género se hizo viral precisamente por utilizar indiscriminadamente fotografías de banco de imágenes. La perspicacia de los usuarios sacó a la luz que las mujeres que aparecen en ellas ni volvían a sonreír tras superar el maltrato (el enfoque de la campaña también fue criticado), ni eran andaluzas. En resumen, que hay que saber para qué se deben usar las imágenes de bancos y para qué no.
Sin tener que entrar en un tema tan delicado, vemos a diario muchos ejemplos de cómo una misma foto puede servir para multitud de propósitos y cumplirlos (bueno, más o menos). ¿Nuestro favorito? El hombre calvo que sonríe. Su nombre completo en Pixabay es adulto-calvo-barba-corporativa-1868750 y vale pa’ to’:
Pero la que de verdad vale para todo y no con la misma foto, es ELLA. Probablemente no sepas su nombre, pero seguro que has visto su cara muchas veces. Se llama Rebecca Ariane Givens (Ariwasabi para los amigos) y es la modelo de banco de imágenes más famosa del mundo. Ser famosa podría no venirle bien, pero su naturalidad y, por qué no decirlo, ambigüedad racial, la han convertido en una de las caras más descargadas y usadas de internet (y fuera de la red, porque su carita linda también está en vallas publicitarias y envases de productos de alimentación).
Consejos para elegir fotografías de banco de imágenes para tus redes sociales o blog
Pero al lío. Aquí van una serie de consejos para que dejes tranquilo al hombre calvo que sonríe y saques el máximo partido a los bancos de imágenes:
- Importante: traza una línea gráfica para tus redes o blog que se ajuste a tu imagen de marca y síguela (siempre podrás tirar de filtros). Ahora, si te va lo random también está bien, pero haz que se note (esa será tu línea gráfica).
- Cuidadín con los nórdicos. Este es un mal común de los bancos de imágenes: la mayoría de modelos son claramente rubios y extranjeros; y si tu marca se difunde en España, tu cliente potencial podría no verse reflejado. AVISO A FOTÓGRAFOS RESIDENTES EN ESPAÑA: aquí hay una oportunidad de negocio.
- Benetton sí, pero con mesura. Aunque por suerte para todos la sociedad española es cada vez más diversa en lo que respecta a razas y etnias (y que siga así, por favor), ocurre aquí lo mismo que con los nórdicos: de momento, no hay pandillas en las que un asiático, una negra y un pelirrojo queden para mirar sus móviles apoyados en un muro de ladrillo visto.
- En general, intenta que los ambientes de las fotografías reflejen una realidad parecida a la de tu público objetivo. Idealizada, si quieres, pero realidad.
- Elige fotos que sean relevantes al tema que estés tratando en tu publicación o artículo.
- No utilices fotos con derechos de autor y, aunque sean de libre uso, siempre que puedas, menciona al autor. De bien nacidos es ser agradecidos.
- No seas vago y haz un poco de scroll al navegar por los bancos de imágenes, puede que cientos de community managers hayan utilizado ya la primera opción.