Email marketing: cómo adaptarse sí o sí al RGPD

Puntos suspensivos dorados

Si a estas alturas del partido las siglas RGPD te suenan a androide de La guerra de las Galaxias, te toca leer este artículo (bueno, si quieres hacer email marketing, por lo menos).

Hace ya casi un año que entró en vigor en nuestro país el dichoso famoso Reglamento General de Protección de Datos, una norma europea que en España se traspuso en la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD). Resumiendo muchísimo: esta normativa establece una nueva forma de recopilar, tratar y procesar los datos personales de todos los euro-peos para ampliar y garantizar sus derechos en esta materia.

“Vale, y esto… ¿a mí cómo me afecta a la hora de hacer email marketing?” Deja que te cuente, despistado…

Captación y mantenimiento de suscriptores

Da igual que utilices un formulario en tu web, hagas un sorteo en redes o las recojas en un papel durante un evento… todo suscriptor que consigas para tu lista de emailing tiene que haberte dado su consentimiento EXPRESO. Para ello:

  • Debes contarle sí o sí al suscriptor para qué vas a utilizar sus datos.
  • El suscriptor te tiene que dar su consentimiento de forma explícita y verificable, lo que implica que debe quedar un registro escrito de cuándo, cómo y para qué te ha dado permiso.
  • Nota importante: el consentimiento no debe dejar lugar a dudas, por lo que tendrás que usar un lenguaje claro y olvidarte de trucos como casillas de consentimiento pre-marcadas.

Además, te va a tocar acostumbrarte al concepto “doble opt-in”. Te lo traducimos: se trata de un método de confirmación en el que el usuario, tras completar su registro, recibe un correo para confirmar, efectivamente, su suscripción.

“Pero yo ya tengo base de datos…”

Pues, sintiéndolo en el alma… da igual. Vas a necesitar el consentimiento de todos tus suscriptores conforme a lo establecido en el RGPD y… se te ha pasado el plazo legal para hacerlo. Ante esta situación, te damos los siguientes consejos:

  • Elimina de tu base de datos a todos aquellos suscriptores de los que no tienes prueba de su consentimiento. Así evitarás hacer envíos y saltarte el RGPD a la torera.
  • Crea una campaña de captación de nuevos seguidores (borrón y cuenta nueva).

Si ya te has recuperado del jamacuco, seguro que se te ha pasado por la cabeza enviar un último mail al estilo forajido para pedir consentimiento. ¡Pues cuidadín! La multa media es de 60.000 euros. Dura lex, sed lex.