Descubriendo la publicidad programática

Puntos suspensivos dorados

Vivimos rodeados de algoritmos. Ellos son los culpables de cosas como que veamos determinados contenidos en redes sociales en lugar de otros o de que nos aparezcan recomendaciones personalizadas de series en Netflix.

A veces llegan a hacernos sentir incómodos e incluso bastante un poco paranoicos por la sensación de estar siendo “espiados”. Pero un algoritmo no deja de ser una fórmula, como una ecuación de las que estudiamos en el colegio. Un algoritmo recibe información, hace algunos cálculos con esos datos y toma una decisión. Pero no es un ente malvado que busca secuestrar nuestras almas.

Pero vamos a lo que vamos, que nos flipamos con “estas cosas modernas”.

En el marketing online, los algoritmos lo han cambiado absolutamente todo. Una de sus más importantes aplicaciones la encontramos en la publicidad programática, nuestro tema de hoy.

Qué es la publicidad programática

La publicidad programática es un tipo de publicidad online que utiliza datos recogidos del comportamiento del usuario en internet, sus gustos y sus interacciones —ay, las cookies…— para después segmentar y enseñarle determinados anuncios.

Esos algoritmos de los que hablábamos antes son como una coctelera en la que se mezclan los datos sobre el perfil de las audiencias y se cruzan con los espacios publicitarios que están disponibles de manera totalmente automática.

El negocio es redondo. Los anunciantes pueden elegir cómo y con qué impactar a sus públicos objetivo, ya que la segmentación y la personalización alcanzan niveles estratosféricos: perfiles de usuario, mensajes, diseños, días, franjas horarias y zonas geográficas. Publicidad digital para todos los gustos.

En definitiva, que lo mola es que cuando estás invirtiendo en programática no estás comprando espacios publicitarios, sino audiencias. No es como pagar por los clics que genera un banner o por cada mil visualizaciones de un vídeo en una web. Pagas por llegar a tu audiencia más afín, en el sitio y en el momento perfectos.

Sí, deberías invertir en programática

Que todo este rollo tecnológico que hay detrás de la programática no te asuste. No es cara —tampoco es que sea un chollo—. Si la planificación y la segmentación están bien hechas, no es necesaria una gran inversión para entrar a jugar.

No queremos entrar en este post a describir con detalle cómo es el sistema de pagos de la publicidada programática —ahondaremos en ello en el futuro—, pero sí que podemos adelantar sin embarrarnos demasiado que el método es muy parecido al de ofertas y pujas de los anuncios de Google Ads.

El anunciante hace una oferta económica por la aparición de su anuncio y se realiza una subasta automática entre el resto de anunciantes que están pujando por esa misma segmentación. El mayor postor verá su publicidad publicada en esos espacios publicitarios. Así de fácil.

Sin duda, la mayor de las ventajas de la publicidad programática es su capacidad de optimizar la cobertura. Solo tus clientes potenciales verán tu campaña. Y eso es mucho mejor que “matar moscas a cañonazos”, entre otras cosas, porque el retorno de la inversión tiene muchas más garantías.

Por estos motivos la publicidad programática representa ya una parte importante del pastel publicitario en nuestro país. No es cuestión de quedarse atrás, ¿no crees?