Clubhouse o cómo volver a escuchar
Seguramente ya te estará sonando el nombre pero no tienes muy claro de qué va la historia. Probablemente sepas que Clubhouse es una red social basada en el audio a la que solo puedes entrar por invitación. Solo sabiendo eso, ya estarás muerto de curiosidad. Si es así, súmate a nuestro aplauso a la Cabeza Pensante que ha ideado la estrategia de marketing. Te contamos lo que sabemos (de momento) sobre Clubhouse.
¿Qué es Clubhouse?
Clubhouse es una aplicación móvil (todavía solo disponible para iPhone) que le da una vuelta de tuerca a las redes sociales tal y como las conocemos hasta la fecha. Aquí no hay imágenes (más allá de las fotos de perfil), ni enlaces, ni memes, ni vídeos de gatitos. Solo audio. “Entonces”, te estarás preguntando, “vaya m***** de red social, ¿no?”. La respuesta es que no tenemos ni idea, pero solo con la información que tenemos gracias a Cabeza Pensante, ya podemos imaginar un horizonte más o menos revolucionario y lleno de posibilidades comunicativas (si, también para las marcas).
Como decimos, Clubhouse solo se basa en la voz. No en mensajes de voz pregrabados, sino en conversaciones en directo. El funcionamiento es sencillo (como no podía ser de otra forma): un usuario planifica una charla con otro usuario. (conversación, conferencia, “podcast” en directo… llámalo equis). A estas charlas se pueden sumar como oyentes hasta 5.000 usuarios.
A simple vista, lo que más interesante nos parece y que le confiere entidad real como red social es que los oyentes pueden participar en la conversación pidiendo la palabra (que solo puede otorgar el moderador/organizador). Como apunte, ninguna de estas charlas es grabada por la aplicación, así que aquí prima el riguroso directo y (queremos creer) la conversación REAL.
Para que nos entendamos y por resumir, Clubhouse es una mezcla entre la radio y los directos de Instagram.
Y, por ahora, solo se accede por invitación: cada usuario dispone de dos invitaciones. Cuanta más actividad genere dentro de la red, más invitaciones consigue. Así que sí, muy bien puesto el nombre de Clubhouse.
Y las marcas en Clubhouse, ¿qué?
Habrá quién esto de escuchar sin otro aliciente o estímulo le parecerá aburridísimo y carente de cualquier atractivo, sobre todo a esos jovencísimos tiktokers a los que las marcas creen que deben dirigirse sí o sí (de esto ya hablaremos otro día). Creerán, en definitiva, que Clubhouse va a tener las piernas cortas y, por tanto, como marca no merece la pena gastar esfuerzos en integrarla en la estrategia de marketing.
Nada más lejos de lo que prevemos como realidad inmediata. En primer lugar, porque nadie consigue una primera ronda de financiación millonaria si no es capaz de demostrar cuál va a ser el rendimiento económico de su proyecto. Esto, de momento, solo se consigue en una app mediante suscripción (de los usuarios) o a través de la publicidad (en cualquiera de sus formatos) que pagan las marcas anunciantes.
En segundo lugar, Clubhouse hizo bien su trabajo incluyendo como primeros usuarios a auténticas “celebridades”, dejando claro el poder que los influencers van a tener dentro de esta red social: Elon Musk, Oprah, Jared Leto…
En tercer lugar, y a pesar de la dificultad para acceder, ya más de 8 millones de descargas y crea al día 300.000 salas de conversación.
Por último, y esto es solo una suposición (un anhelo, más bien), creemos que precisamente la ausencia de estímulos visuales generará un entorno perfecto para garantizar la fidelidad de los usuarios. Es decir, si bien esta red social te permite estar haciendo otra cosa mientras la usas (igual que la radio); aquellos que escuchen estarán realmente interesados en lo que estén escuchando, ya que no han sido atrapados como autómatas a través de una sucesión infinita de imágenes en su mayoría carentes de todo contenido (¡holi, Instagram y TikTok!).
Por todo ello, auguramos que las marcas van a tener mucho trabajo por delante en Clubhouse. Algunas ideas:
- Patrocinio de charlas. Así, a lo bestia.
- Marketing de influencers.
- La “llamada del experto”: resolver dudas, difundir el uso de un producto, ampliar información, generación de autoridad a través de charlas de temas relacionados, etc.
- Identificación y conocimiento de comunidades de público objetivo, etc.
Hasta aquí lo que os queremos/podemos contar. El resto, lo tenéis en internet. Y el resto-resto ya nos lo irá contando Cabeza Pensante.