#10yearsChallenge, de crisálida a mariposa publicitaria

Puntos suspensivos dorados

Ya sea por vocación (como es nuestro caso), por relación con el sector, por avatares de la vida o por puro rebote, todos los que hoy nos dedicamos al mundillo publicitario hemos vivido una auténtica mutación. Mutación en la que hemos dejado de ser lo que fuimos para ser lo que somos, en la que hemos sustituido antiguas expectativas por otras mucho más actuales, en la que nos hemos enterado de qué va este oficio, en la que hemos adquirido nuestra propia voz publicitaria y en la que hemos pasado de carpeteros de la publicidad a ser la publicidad del hoy.
Y precisamente a ese cambio en nuestra evolución, la maravillosa metamorfosis de crisálida a mariposa publicitaria, es al que queremos dedicar una entrada en nuestro blog.

Etapa huevo. O yo crearé el próximo spot de la lotería de Navidad.

La primera parte de la evolución siempre tiene lugar en la etapa huevo. Esa etapa comienza en nuestro huevo y en nuestro nido o planta, y es el lugar desde el que daremos nuestro primer paso a la realidad. Aquí algunos lo vivimos entre aulas y cambios de clase, aleccionados por maestros que ya nos adelantaron que la realidad superaría a las expectativas, para bien y para mal, y casi auguraron el que un día escribiéramos una entrada como esta.
Hacemos un inciso para aclarar que ni todos, ni los mejores publicistas han salido de carreras publicitarias, pero sí podemos asegurar, que llegaran desde donde llegaran, seguro que en su día pasaron por la etapa huevo.

La eclosión del huevo no tiene un tiempo fijo, depende de los años de carrera, de la tranquilidad con que te la tomes, del lugar en el que te especialices… y ese tiempo transcurre de forma intensa, vibrante, cargado de aprendizajes y repleto de expectativas.

Aquí todos soñamos con ser ejecutivos de cuentas de Coca-Cola, responsables de producción de McDonalds, diseñadores en grandes firmas de moda o ganadores de los futuros premios Cannes (almas de cántaro).
Y de repente, ya somos larvas. Gorditas, claro está, porque hemos comido en abundancia de nuestra planta, pero larvas al fin y al cabo.

Etapa larva. O yo diseñaré el próximo cartel de Heineken.

Al salir del huevo la larva publicitaria aún es muy pequeña y no guarda prácticamente ningún parecido con el profesional publicitario en el que se convertirá.

Pero hay un cambio importante, la larva sabe dos cosas: que necesita seguir alimentándose para poder evolucionar, y que ese nuevo alimento le ayudará a definirse.

Es el momento en el que ponemos los pies en la tierra (un poquito), y al pensar en nuestro futuro intentamos concretar más, aunque seguimos pensando a lo grande, como buenos publicistas y como buenos contenedores de ego publicitario. En esta etapa aparecen ideas como: lo mío es el diseño, paso de producción, de cuentas, de medios, quiero diseñar para LEVIS. O: lo mío es lo digital, paso de diseño, de cuentas, de planificación de medios… quiero ser el responsable digital de Apple.

A lo largo de la etapa como larva publicitaria se realizan una serie de mudas importantes. Saca los piececitos y tiene una primera aproximación con el sector, hace sus primeras prácticas, persigue a cuantos creativos logra conocer, va a eventos, charlas y en definitiva muda esa antigua piel tan calentita y placentera deseando patronar el que será su futuro uniforme publicitario.

Etapa crisálida. O yo seré responsable de cuentas en una agencia de Murcia.

En esta tercera etapa el publicista entra en contacto con el mundo laboral. A veces esta etapa se desarrolla en un mismo lugar, otras veces nos hace dar saltos de un lugar a otro, pero en definitiva supone el inicio de nuestra carrera profesional. Aquí la larva teje a su alrededor una capita protectora con ingredientes como:

  • Me gusta tener (aunque sean pequeños) ingresos
  • Me gusta aprender de compañeros que llevan mucho en esto
  • Ya tengo claro en qué soy bueno
  • Empiezo a entender cómo funciona el mundillo
  • Creo que esta profesión es muy dura
  • Creo que esta profesión da muchas satisfacciones
  • Igual lo de Apple no era para mí
  • Me alegra tener todo tipo de clientes
  • Un cliente nuevo o un trabajo nuevo es una oportunidad de aprendizaje

Y así la pequeña larva se va transformando, entendiendo que el principal objetivo de un publicista es precisamente hacer publicidad. Un cliente grande o pequeño a quién hacérsela supondrá un nuevo reto pero no un objetivo en sí mismo. 

El objetivo ha cambiado, ahora es hacer publicidad y vivir de ello

Y es aquí, unos años después, con unas cuantas campañas en la espalda, trabajos bien y mal pagados, cuando con el empuje y la experiencia del día a día la larva, rompe el capullo y sale al exterior. 

Etapa mariposa. Quiero montar mi propia agencia con dos amigas

Nos vais a permitir la licencia de adaptar esta última etapa a nuestra propia experiencia, a la de Sábado.

Aquí la mariposa ya es una bonita mariposa publicitaria. Con sus trabajos que la avalan, con su pasión intacta, con su experiencia con el cliente, con su visión del mundo y el mercado…

Pero como en todo proceso evolutivo, la función de la mariposa es reproductora y busca la pareja ideal para crear un huevo

Ya no busca trabajar en Amazon, ni ser un gran ejecutivo de Iberia, ahora quiere CREAR, crear algo que perdure en el mundo publicitario, algo que lleve su ADN (y no el de otros) y se complemente con el de su pareja para mejorar debilidades y ampliar fortalezas. 

Con su pareja o con sus parejas.

Como Carmen, Irene y Graciana.

Como esto que hemos creado.

Como Sábado.